jueves, 9 de junio de 2011
Muñeco ....
-Se acabó, Bill. – dijo él, besándome el pelo, la cabeza, el cuello... – Voy a arreglarte, Muñeco.
Sollocé y empecé a llorar, porque tanto mi razón como mi corazón estaban de acuerdo en una única cosa. No podía confiar en sus palabras y probablemente, nunca me fiaría de ellas.
-No puedo… snif… no puedo creerte, Tom… no voy a perdonarte…
-Ya lo sé. Por eso tendré que ponerme persuasivo contigo. Muy persuasivo, Muñeco.
Muñeco… la palabra maldita. Mi mente está llena de muñecos rotos. De muñecos a veces felices y otros, demacrados. Mis sueños se limitan a eso y a ti y finalmente, me toca asumirlo ¿no? Pase lo que pase, yo siempre seré un Muñeco.
Seré un Muñeco roto, un Muñeco abandonado, un Muñeco triste, un Muñeco suicida, un Muñeco sumiso y arrastrado…
Pero sobretodo, siempre seré un Muñeco Encadenado… siempre encadenado al mismo Amo. Haga lo que haga. Pase lo que pase. Muera quien muera.
Siempre Encadenado y siempre tuyo.
Hasta que sea Muñeco Muerto.
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